Inspiración

Navegando por la creatividad de la joyería Casa Kiro

Navegando por la creatividad de la joyería Casa Kiro
Entrevista escrito por Victoria Arancibia, Fotografía por Gita Buga

Casa Kiro nació en 2009 con la idea de plasmar los coloridos paisajes chilenos y de la cultura popular en joyas a través de materiales no tradicionales. Vania Ruiz, creadora de Casa Kiro y arquitecta de profesión, nos contó su camino en el mundo de la joyería, el que ha llevado a cabo junto a su familia, y cómo la maternidad ha potenciado su creatividad.

¿Cómo surgió Casa Kiro?

Casa Kiro empezó en el año 2009, trabajaba de arquitecto en una oficina y había empezado a tomar clases de joyería. Le mandé a una amiga periodista unas fotos para que ella hiciera la difusión a cambio de un canje. El diario Las Ultimas Noticias lo publicó y en la mañana los matinales leían los diarios, y de ahí me empezaron a llamar. Yo justo había encontrado un nuevo trabajo en una oficina y no estaba muy convencida de qué era lo que quería hacer, estaba medio perdida en la vida. Me llamaron distintos canales y no tenía tantas joyas porque estaba recién empezando, pero tenía toda esta prensa y difusión. Entonces, había dos maneras de manejarlo: como una anécdota o como algo serio. Renuncié a mi trabajo y me empecé a dedicarme al 100% a las joyas.

Y el nombre, ¿de dónde viene?

El nombre es algo muy circunstancial. Tenía mi primera feria y me dijeron que tenía que tener un nombre de la marca para unos flyers. Pensé que mi nombre no porque era muy aburrido y nosotros a nuestra casa le decimos Casa Kiro (a mi marido le digo Kiro y él me dice Kiri, entonces juntos somos los Kiros) y como tenía el taller aquí en el departamento, así nació.

¿En qué se basan artísticamente tus joyas?

Las joyas que hago son principalmente en resina y a veces uso plata o cobre, y se caracterizan porque tienen paisajes pequeñitos con elementos naturales que evocan distintos lugares de Chile. Esas son las más antiguas, de ahí parten. Ahora, ha ido evolucionando a otros intereses que he tenido: estoy pintando dentro de la resina y estos mundos que van saliendo de esa pintura tienen más que ver con carnavales que he visto en el norte o distintas experiencias y estéticas que son mezcla de cosas que pasan por mi cabeza. Lo último que he estado haciendo es trabajar con flores artificiales y resina, algo más volumétrico que me ha sacado de las joyas planas.

¿Chile ha inspirado la manera en la que haces joyería?

Toda la joyería que hago está inspirada en Chile, en nuestra cultura, de distintas maneras. Pero siempre todo está centrado en algún aspecto chileno. Cuando partí, lo que hacía era meter en resina elementos naturales que evocaban paisajes que eran de Chile, era algo más simple. Con el tiempo, cuando empecé a trabajar con esta joyería más artística, comencé a involucrarme con otros aspectos más culturales, a investigar un poco más sobre otros rituales como la muerte, las animitas, los cementerios, y me involucré más con la cultura popular. Después de eso, empecé a pasarme a una investigación más de género, de lo femenino relacionado con la religión, la muerte y el amor.

De ahí, me pasé al aspecto doméstico y empecé a investigar la decoración porque ahí había algo como una verdad súper evidente e invisible, que tenía que ver con el amor expresado en las casas, que se ha perdido porque era más de la época de mi abuela, pero que era esta protección que las mujeres expresábamos en la manera que vestíamos un espacio y lo convertíamos en un hogar a través de estos objetos que uno hace y que a veces están en lugares sumamente precarios y brutales. En nuestra cultura, estos objetos están presentes en casi todas las casas más populares, que son también más de verdad, que pasamos por una época de ningunearse y mirarse en menos y aspirar a lo que no somos y renegar de donde vinimos. Y luego están todas estas manifestaciones que por estar mirando otra cosa no vemos el valor que siempre tuvieron. Por eso, en mi último trabajo estoy usando flores artificiales.

¿Cómo considerarías que tu estilo se refleja en las joyas que haces?

Para mí, como me vestía siempre fue importante. Mi mamá me dejaba desde los cuatro años elegir mi ropa, así que escoger lo que me iba a poner o ir a comprarme ropa fue siempre importante. La primera vez que salí sola a la calle, me arranqué, tenía 9 años y fui al centro a comprarme un pijama. Siempre salía a comprar ropa, desde chica (se ríe). Me encantaba ir a la ropa usada porque encontraba cosas únicas que no iba a encontrar en ninguna otra parte. Mi cultura de ropa la tuve desde siempre y no sé si tengo un estilo definido, un día me visto de una manera y al otro completamente distinto, pero sí me gusta encontrar tesoros. Probablemente, las dos cosas vienen de la mano, pero yo casi no uso joyas, no las necesito como otra gente que sí. Normalmente no me pongo nada, lo que necesito más es la ropa. Me gustan las joyas porque me gusta hacerlas.

¿Qué es lo que más disfrutas de ser una artista?

Es un poco ambiguo lo que es ser artista y lo que yo hago, no sé bien qué soy. No me siento joyera porque no domino tantas técnicas de joyería, pero tampoco me siento artista porque no me dedico solo a piezas de artes, sino a algunas más comerciales que no tienen un componente artístico de investigación y desarrollo. Me siento un poco como en un territorio de nadie y de todos.

Lo que más me gusta es poder manejar mi tiempo y tener siempre el arrojo de estar probando cosas, sin tener miedo. Digo: “voy a agarrar migas de pan y ver a dónde me lleva esto. Voy a tomar flores artificiales y voy a jugar con ellas”. como que siempre puedo experimentar y con eso voy nutriendo mi necesidad creativa, que es algo por lo que nací, para mÍ es lo que me entrega esa tranquilidad de hacer lo que hago.

¿Cómo fue la llegada de Marina y cómo ha afectado la maternidad tu trabajo?

La maternidad fue una sorpresa, pensé que no iba a pasar. Nunca fue un tema para mí, nunca me visualicé como mamá y tenía harto miedo. Tenía esta idea de que cuando fuera mamá, iba a tener que dejar de hacer todas las cosas que me gustaban o que no iba a tener tiempo, como dejar de tener la libertad.

La llegada de la Marina fue muy inesperada, no tenía planificado tener hijos, tenía miedo de cómo iba a ser todo y la verdad es que no es tan difícil como yo pensaba. Toda la gente te dice “no vas a tener tiempo para nada, vas a tener que parar dos años porque no se puede” y no sé qué, y para mí, no ha sido cierto. De hecho, tuve un embarazo increíble, me sentí mucho mejor, se me quitaron todos los problemas, los síntomas de estrés, me sentí mucho mejor embarazada que antes de estarlo.

Para mi sorpresa, ha sido más simple de lo que pensaba. Creí que iba a ser peor y en realidad estoy organizándome para hacer las cosa que hacía antes y puede que todo termine siendo mucho mejor de lo que pensaba. Y ahora que tengo a la Marina tampoco es tan terrible. No duermo tan mal en la noche, hay algunas que no duermo tan bien, pero en general mis amigas me ven y me dicen estás más bonita, estás mejor que antes. Estoy súper optimista con mi maternidad, mucho más de lo que pensé que iba a ser.

Me ha traído mucha energía creativa, sobretodo en el embarazo, colecciones que me gustaron mucho nacieron justo cuando me enteré que estaba embarazada. Siento que tengo harta energía creativa, no tengo tanto tiempo, pero sí muchas ideas.

De hecho, cuando me enteré que estaba embarazada, tenía que ir a una feria en Alemania y no había hecho nada. Tenía un mes y medio para inventar una colección y hacerla, eran 15 piezas, y estaba en blanco, aunque yo siempre confío en mi capacidad de improvisación y de que voy a lograr algo, pero no sabía lo que iba a hacer. Fue súper raro porque me enteré que estaba embarazada y dije “chuta, debería haber renunciado a este proyecto”, pero acababa de firmar todos los papeles y tenía que hacerla no más. Hice todo lo que no se tenía que hacer: trasnochar, trabajar harto y todo full estrés, pero de ese rico, de hacer lo que te gusta. Y salió esta colección de las flores que quedó increíble y era divertido porque todas las criaturas que hice eran como criaturas marinas medias maternales.  

¿Qué ha sido lo más difícil de ser emprendendora y cómo ha reaccionado la gente cuando les dices que vives de las joyas?

Como emprendedora, lo más difícil es luchar contra mí misma, porque soy trabajólica, entonces me cuesta mantener un equilibrio con la vida normal. Puedo pasar mucho tiempo trabajando y eso, a la larga, me pasa la cuenta. También me cuesta delegar, eso ha sido difícil. Siempre estoy haciendo como un poco de todo. Lo otro que es súper bueno, que a veces me juega en contra porque no lo sé administrar, es mi capacidad creativa, entonces estoy siempre inventando cosas y no logro a veces ordenarlas, sistematizarlas y organizarlas en la producción.

Me cuesta ordenar una producción fija porque siempre se me ocurre una cosa nueva, yo hago esto porque me gusta crear cosas y no porque quiera ganar plata. Soy como un atentado contra mí misma, porque siempre me las arreglo para no ganar plata porque me desordeno o tengo proyectos personales que son más de arte y son alimento para el espíritu porque es lo que más me gusta hacer, pero divido mi tiempo en esas dos cosas.

La gente si se sorprende de que puedes hacer esto, aunque llevo tanto años, ya no se sorprenden tanto. Al principio me decían “ay usted estudio arquitectura que bonito pero porque termino haciendo joyas”, como si hubiese fracasado en la vida. Ya no me lo dicen pero al principio si, en mi familia, mi abuela me decía “ya encontró un trabajo mijita”, y yo abuela esta es mi trabajo. Aun no esta tan convencida de lo que hago.

¿Qué has aprendido de Haciéndola?

Algo de e-commerce, pero lo que más he aprendido es de la generosidad de ustedes, de estar siempre compartiendo lo que saben y creando espacios para compartir ese conocimiento. Ustedes crean la instancia para aprender y eso es lo que más me ha gustado.

¿Qué consejos podrías entregarle a otros emprendedores?

Si te gusta lo que estás haciendo, hay que insistir. Hay que aprender a que te vaya bien y que te vaya mal, no hay que desanimarse porque te digan que no. No hay peor trámite que el que no se hace. Nada es peor que no hacer las cosas. Hay que empezar a hacerlas aunque no estén perfectas y con eso hay que ir avanzado. Yo hago un montón de cosas mal, pero igual sigo trabajando. Hay que tener harta voluntad, superar la capacidad de frustrarse y volver a empezar, no hay que dejar que cualquier cosa te tire al suelo y renunciar. Cuando uno logra crear una marca que tiene una personalidad y se establece un dialogo con tus clientes, se relacionan con tu marca a través de esa personalidad. Por eso, uno debe tener claro qué valores quiere transmitir a las personas, porque eso le da mucho poder a lo que tú haces. Para mí, la gentileza y la amabilidad son valores súper potentes que yo trato de trasmitir personalmente a mis clientas y que también se reflejan en la marca.  Como estamos perdiendo de a poco el contacto con las personas, yo creo que es súper rico poder dar contacto humano no solo en lo que uno hace con el producto, sino también en cómo se relaciona con las personas.

Siempre hay que tener mucho cuidado con cómo uno se va a relacionar con las personas, sean colegas o clientes, porque de repente uno puede sobre reaccionar por un problema y dejar la cagada, y después te trae de vuelta muchas más cosas negativas de lo que te trajo positivas. Hay que saber manejarse con la gente, porque es súper compleja y, a veces, aunque uno tenga la razón, más vale mantener la paz.

Yo sé que con lo que hago no voy a salvar al mundo, ni a las ballenas ni voy a parar la destrucción de la capa de ozono, pero siento que con lo que hago sí aporto en lo que es importante para mí, que es la entrega de gentileza, amabilidad y amor a través de la manera en que busco relacionarme como persona y con mis clientas.

¿Cuál es tu canción del momento?

Es el máximo hit, es El Pobre Pollo enamorado, canción de niños (se ríe). El pobre pollo enamorado llora sus penas desconsolado (canta).

 

Regresar al blog

Deja un comentario

Ten en cuenta que los comentarios deben aprobarse antes de que se publiquen.